

Para comprar un coche de segunda mano y tener garantías de que está bien, habría que fijarse, entre otros aspectos, en el chasis. Éste determina la salud del vehículo, por lo que sería idóneo asegurarse de que el coche no ha estado expuesto a condiciones extremas, que van desde humedades hasta reparaciones mal efectuadas, pasando por golpes o daños en la parte inferior.
Esto hace que la inspección de los bajos sea una medida necesaria a la hora de comprar un coche de segunda mano. Junto a ello, también resulta interesante comprobar que los cristales y las lunas del coche están bien, es decir, que no tenga ninguna raja que pudiera abrirse.
Tienes que cuidar todos los detalles que estén en tu mano, como los ajustes de puertas, capó, limpiaparabrisas, espejos retrovisores, aletas del coche o paragolpes, entre otros. Por supuesto, el estado de los neumáticos es clave, y debes fijarte que tiene la banda de rodadura en perfecto estado.
Con ello, el estado de la pintura suele ser otro avisador de la vida que ha llevado el coche, aunque, evidentemente, antes de venderlo suelen darles una mano de pintura para evitar que se vea que está deteriorado.
Insisto en el hecho de que lo mejor, en la medida de lo posible, consultes con un mecánico antes de comprar un coche de segunda mano, sobre todo cuando la oferta parece "irresistible".
A mí al principio me parecía arriesgado comprar un coche de segunda mano, pero un compañero del trabajo me recomendó http://www.mercacoche.es/, y la verdad esq no tuve ningún problema. Lo más importante es informarnos bien de con quien realizamos la compra.