
Portugal, el último en hacerlo, se encuentra muy presionado por los mercados internacionales, su deuda pública está fuera de control y por si todo esto fuera poco, se encuentra en plena crisis política.
La semana pasada el primer ministro portugués en funciones, José Sócrates, anunciaba que tras varios meses de intentos frustrados por solventar la difícil situación, y ante la presión externa de los mercados, que su gobierno se veía obligado a pedir ayuda a la Unión Europea. Los socios europeos, han respondido con celeridad y Portugal recibirá, en condición de préstamo, unos 80.000 millones de euros, de los que 5.000 millones correrán a cargo del estado español.
A cambio, seguirá un estricto plan de ajuste que incluye privatización de empresas de carácter público, reformas laborales encaminadas a abaratar el despido, rebajas en las pensiones y una fuerte reducción del gasto público.
Las razones que justifican la actual situación de Portugal no se pueden buscar en el sector inmobiliario (España) ni tampoco a un hundimiento de su sistema financiero. El problema de la economía portuguesa: un progresivo deterioro de su competitividad. En los últimos diez años ha crecido muy poco, llegando en 2009 a un crecimiento negativo del 3%.
No olvidemos que Portugal depende en exceso de las exportaciones, su economía lleva estancada mucho tiempo, la tasa de desempleo no ha parado de subir (11%), la tasa de ahorro de los portugueses está por los suelos y el gasto público se ha disparado. Con este panorama, la deuda pública ha pasado de representar el 50% del PIB en el año 2000 al 92,4 % a finales de 2010.
Al generar una deuda tan grande, los mercados comienzan a dudar de su solvencia, lo que provoca la entrada del país en un claro riesgo de impago que afecta de forma directa a la demanda exterior, la cual comienza a bajar.
Por otro lado, el Estado sigue necesitando dinero, y para que se lo presten, no le queda otra que ofrecer más rentabilidad por sus bonos, o lo que es lo mismo, su deuda cada vez les cuesta más dinero. Los especuladores lo saben y aprovechan para hacer su agosto vendiendo el dinero lo más caro que pueden. La única manera de evitar ésto es conseguir financiación, de ahí que Portugal haya solicitado ayuda a sus socios europeos.
Aún con el rescate de Bruselas, la situación de Portugal no tiene fácil solución. El futuro gobierno portugués no cuenta con muchas armas para salir de la crisis. Los impuestos allí ya están por la nubes (el país vecino recientemente ha subido el IVA del 21 al 23%), y con los recortes de gasto público que se tienen que aprobar, los ingresos se verán todavía más reducidos. Y a todo esto, hay que añadir que la economía no crece, el paro sigue creciendo y los portugueses comienzan a abandonar su país.
Imagen sujeta a licencia CC de Andra Prave
Contenidos relacionados
- Análisis crisis griega
Grecia tiene un serio problema, entre este mes y el que viene se produce el vencimiento de un pago de 20.000 millones de euros, si el país heleno no hace frente a dicho compromiso su situación será similar a la de Argentina en 2001 cuando cayó en cesación de pagos. Parece que sus socios europeos le tienden la mano y junto al FMI le ayudarán a salir de esta difícil situación. ¿Por qué Grecia ha llegado a este punto? Uno de los principales artífices del desastre es el Gobierno griego. En 1992 se firmó el tratado de Maastricht, el cual unió la economía europea y marcó las pautas a seguir por todos los estados. Este acuerdo escrito establece que la deuda pública máxima de un país miembro no puede superar nunca el 60% de su PIB y su déficit fiscal no debe ser mayor de un 3%. En la actualidad la deuda griega, superior a 400 mil millones de euros, representa un 115% de su PIB y el déficit se sitúa en el 12,7%. Durante años, gracias a artificios contables, el déficit oficial de Grecia rondaba el 3% permitido, en este último año ha saltado de repente al 12%. Otra de las causas del descalabro financiero griego es la evasión impositiva. La recaudación de i...
- Cómo funcionan los rescates de la UE
Con el continente europeo sacudido por una profunda crisis fiscal que, según el Fondo Monetario Internacional, podría saltar en breve al otro lado del Atlántico y causar consecuencias devastadoras en Estados Unidos, el recurso al rescate económico por parte de los países miembros de la UE está en boca de todos. Grecia, Irlanda, y próximamente Portugal han tenido que acogerse a esta opción. Básicamente, un rescate sirve para insuflar confianza en la economía rescatada, a base de financiación y ajustes estructurales: sin embargo, en estos meses la prima de riesgo de Grecia e Irlanda ha aumentado desde que se solicitó la ayuda, y dicen los expertos que es posible que suceda lo mismo con Portugal, por lo que parece que los planes de rescate no están cumpliendo con su objetivo teórico de permitir que las economías estabilicen sus desequilibrios y regresen con fortaleza a los mercados. Y es que pese a los rescates, los inversores siguen sin confiar en las potencias: Grecia e Irlanda, aunque por razones muy distintas. En el caso de Irlanda, las reticencias del nuevo Gobierno a las condiciones del rescate generan dudas so...
- Irlanda sigue los pasos de Grecia
Un Gobierno muy débil y una elevada deuda pública son las razones que han hecho aumentar el grado de desconfianza de los mercados financieros hacia Irlanda. La presión que estos comienzan a ejercer sobre la deuda de ese país se está volviendo insoportable. Aunque Irlanda aún no ha pedido ayuda financiera a la Unión europea, ésta parece estar preparada para concedérsela de forma inmediata. Por lo que parece, Irlanda puede seguir los pasos de otro de los miembros de la zona euro, Grecia. Ayer por la tarde, los mercados de deuda llegaron a fijar el interés de los bonos irlandeses a 10 años en el 9,26%, algo que hizo que aumentase su prima de riesgo o lo que es lo mismo, su diferencial con el bono alemán de referencia hasta los 680 puntos básicos, un nuevo récord histórico totalmente imposible de sostener a corto plazo. Desde Irlanda, tal y como sucediera con Grecia, se insiste en que están en condiciones de afrontar su deuda y para demostrarlo volverán a emitir deuda del Estado el próximo año para seguir financiando las maltrechas arcas públicas. El temor que ahora recorre la Unión Europea es que la situación de Irlanda acentúe la devaluaci...
- Nueva crisis de deuda
La tensión se vuelve a mascar en los mercados europeos. El rescate a Portugal, la delicada situación de los bancos irlandeses, la restructuración de la deuda griega y el avance imparable de los ultraderechistas finlandeses (contrarios a los rescates de económicos), parecen ser las causas que han provocado la subida de nuestra prima de riesgo. Ayer lunes, el Tesoro público español se vio obligado a pagar más en la emisión de sus títulos. Se rompe así, una racha de cinco meses de bajadas en los tipos de interés que paga por su deuda. Concretamente, fueron adjudicados 4.658 millones de euros en letras a 12 y 18 meses, de los cuales 3.509,30 millones correspondían a las de 12 meses con un interés marginal del 2,90%, frente al 2,18 de la anterior subasta, y 1.149,69 millones con una rentabilidad del 3,496%, superior al 2,50% de la puja celebrada en el mes de marzo. Una de las primeras consecuencias de estos resultados fue la espectacular subida experimentada por la prima de riesgo (interés adicional que los mercados requieren para comprar un activo poco seguro), la cual, se mide con el diferencial entre el bono nacional a diez años...
- Portugal vuelve a tensar los mercados financieros
El bono portugués volvió a sembrar el caos en los mercados financieros. Cerró la jornada con una rentabilidad del 7,08% después de haber llegado a alcanzar a lo largo de la jornada máximos por encima del 7,6%. La situación se controló porque el Banco Central Europeo (BCE) se dedicó a comprar deuda del país vecino. Y es que la situación de Portugal sigue siendo muy complicada, ya que los expertos calculan que si la rentabilidad se mantiene por encima del 7%, el rescate será inevitable, como lo fue en el caso de Grecia e Irlanda y ya sólo faltaría la “S” de Spain para completar la maldita palabra “pigs” con la que se bautizó a aquellos países que peor lo están pasando con la crisis. La subida de la rentabilidad del bono portugués a 10 años disparó la prima de riesgo (diferencial con el bono alemán), que volvió a situarse a niveles de finales del mes de noviembre, justo antes de que Irlanda fuese rescatada. Al finalizar la jornada el diferencial entre la deuda portuguesa y la alemana se colocó en los 381 puntos básicos, pero a lo largo del día estuvo por encima de los 400 puntos. Toda esta situación también afectó al bono español, ...